A las diferentes iglesias evangélicas de todos los países nacionales e internacionales, la Misión Evangélica Pentecostés “La Voz del Espíritu Santo”, ubicada en la Aldea Xecoxol, Tecpán Guatemala, del departamento de Chimaltenango, Guatemala les hace un llamado en el nombre de nuestro Dios, Creador del Universo, para que nos apoyen en la construcción de nuestro templo.
miércoles, 2 de marzo de 2011
FOTOS DEL COMITE
La Misión Evangélica Pentecostés Espíritu Santo cuenta con un comité que es encargado de guiar a su pueblo y de organizar y hacer que el sueño del templo se haga realidad.
Video de Nicolás Guarcas al mundo
MENSAJE DEL HERMANO NICOLÁS GUARCAS A TODAS LAS PERSONAS
También puedes encontra el video en
Los primeros cristianos en xecoxol
Misión Evangélica Pentecostés
“La Voz del Espíritu Santo”
“La Voz del Espíritu Santo”
HISTORIA
Los Primeros Cristianos
En la hermosa y fría aldea de Xecoxol, ubicada en el precioso municipio de Tecpán Guatemala, el Evangelio llegó en el año de 1,975 cuando el Señor Nicolas Guarcas acepto la palabra de Dios y comenzó a evangelizar a toda su familia.
Un año después de su conversión, fue bautizado con el Espíritu Santo y desde entonces comenzó su ministerio a favor de Dios. A pesar de que don Nicolás no sabía leer ni escribir, sintió el llamado de Dios y fue a orar en ayuno por un tiempo, pues algo en su corazón se lo pedía. El milagro más grande que sucedió en su vida de parte de Jesús fue empezar a leer la Biblia.
Dos años después que había aceptado el evangelio, fundó la primera iglesia en la aldea Xecoxol. Alquiló un terreno e hizo una galera, en donde se empezó a celebrar los cultos. Con el tiempo otras familias fueron aceptando la palabra de Dios y así fue creciendo la iglesia con el milagro de Nuestro Creador. Dios utilizó a don Nicolás en su ministerio abriendo más campos en las diferentes comunidades y así, después de un tiempo, 15 iglesias a su alrededor. Tiene obras en Tecpán Guatemala, Quiche, Santa Apolonia y San José Póquil.
En el año 1980 y 1982, la aldea Xecoxol fue azotado por el conflicto armado interno que afectó a la mayoría de la población guatemalteca. Muchos de los hermanos sufrieron físicamente, pasaron humillaciones, hambre, dolor y angustia, y por tal razón tuvieron que abandonar sus casas por un largo tiempo. Esta catástrofe causó la muerte de muchos hermanos, casas destruidas y la destrucción de algunas iglesias evangélicas alrededor de la comunidad.
Pero Jesús con su misericordia y su amor nos puso a salvo, fue nuestro escudo y nuestra protección cuando más lo necesitábamos. Así fue como nuestra fe fue aumentando cada día más y más. Tenemos una gran visión apoyados en Dios, Nuestro Señor y es guiar a todos nuestros hermanos en el camino de la verdad, para alcanzar la felicidad y la vida eterna.
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